¿Por qué todo está tan caro?
Esperar la cuenta en la tienda del barrio, como la de don Juaco, la de doña Bárbara o cualquier otra; en la plaza de mercado de Quiriguá o en algún supermercado del Portal 80 o de Unicentro de Occidente; como en toda Bogotá o en el país, se ha convertido en un momento casi que de terror por culpa de los altos costos. Y es que ya un billete de 50.000 pesos no rinde o eso es lo que con frecuencia se escucha en las calles de los barrios.
¿Qué está pasando?
El aumento en los precios generalizado en todos los productos y servicios, y la falta de dinero para hacer más compras tienen una consecuencia llamada Inflación. De acuerdo con el DANE, y a diferencia de las cifras registradas en el 2021, en el país hubo un aumento de la inflación de casi el triple durante el 2022. Y ahora en el primer mes de 2023, la tasa anual de 13,25 % y la mensual de 1,74 % son las más altas en 24 años. Y la peor noticia es que estos índices no parecen que vayan a bajar.
Para consuelo de los bogotanos, la capital colombiana es de las ciudades menos afectada pues según el DANE, el incremento hasta enero de 2023 es del 12,71 %. Mejor ni imaginar como la están pasando la gente que vive en Cúcuta donde los bolsillos sufren el incremento más alto del país en los precios de la comida (15,9 %)
Esta inflación tiene unas consecuencias naturales: entre otras la disminución del poder adquisitivo, menos capacidad de ahorro, reducción del patrimonio. En conclusión, menos plata en los bolsillos.
Otra razón por las que suben los precios son los costos de transporte y distribución. Según el lugar donde se elabora el producto su precio sube ya que hay que tener en cuenta la distancia o ubicación de los compradores. Por eso los precios entre ciudades son diferentes. Un factor determinante en este punto es el valor de los combustibles. En el periodo de enero los encarecimientos en el transporte fueron los que mayormente aportaron para los aumentos (3,98 %), según explicó la directora del DANE, Piedad Urdinola, que adjudico este incremento a los ajustes tarifarios que se realizan anualmente para esta época.
Los cambios en el mercado mundial también hacer subir los precios ya que, si los valores de los alimentos aumentan en otros países, esto puede afectar el precio de los alimentos importados a Colombia como, según datos de la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (Dian), el maíz, trigo, arroz y cebada. Así mismo, entre las frutas compradas a otros países se incluyen el melón, las manzanas, la pera, las uvas, los duraznos y las nueces. Así, por ejemplo, los huevos suben su precio ya que el maíz que alimenta las gallinas, y que se importa, también ha subido su valor.
¿Cuáles son los alimentos más caros?
En un informe presentado por el DANE la semana pasada, se reveló que, entre otros, los productos que más incrementaron su valor son los tubérculos como la arracacha y el ñame, que presentaron un aumento del 109,84 %; la cebolla, que no debería faltar en la cocina, tuvo un aumento del 106,81 %; otro de los productos que subió su valor más de la mitad fue la yuca, que subió en un 88,08 %.
El arroz, ese cereal que salva los almuerzos, subió 54,05 %, la papa, que dicen que baja de precio en el mes de junio, tuvo un incremento del 33,77 %, el plátano 64,12 %, mientras que la carne, uno de los productos que más registró aumentos, tuvo un incremento en su valor del 20,21 %. Ya es normal que una libra de carne de res no se consiga por menos de $16.000 cuando antes de la pandemia el valor era de $8.000. En ese mismo sentido ha sido el comportamiento en el aumento de los huevos que hoy están, el más barato, a $650 (denominación A), cuando hace dos años su precio era de $300.
Ni hablar de la bolsa de leche cuyo valor en 2020 era de $3.500 el litro y hoy está en $5.500 en las tiendas del barrio. Otros productos que remplazaban la carne de res cuando se iba acabando la quincena también se están alejando del menú diario: la libra de pollo está en $12.000 y la de cerdo no baja de $15.000. Como están las cosas, comer carne es un verdadero lujo, y ya se escucha en las filas de las tiendas que en semana santa comer carne no será un pecado sino un milagro.
El Corrientazo, el ejecutivo y el tintico
Tres términos de los cuales por lo menos uno es mencionado o degustado diariamente por la mayoría de los bogotanos. De seguir las alzas en los precios, mencionarlos también va a ser un lujo.
Comer por fuera de casa ya es un verdadero plan, eso sí, costoso. Y ni pensar que el corrientazo y el ejecutivo van a salvar la salida, porque al subir todo, estas dos opciones, de las que muchos echan mano, ya no son la salvación.
Así, lo habitual en los restaurantes es que el “corrientazo” y el “ejecutivo”, haya subido $2.000 y llegaron a $14.000. La salida a almorzar de los fines de semana tampoco se salvó de las alzas.
El cafecito o el tintico, tan propio de nuestro diario vivir, también ha tenido un alza en su precio. Hoy la libra de café está en $20.000 con un incremento del 120 % frente a su valor de prepandemia, aunque algunos le echan la culpa a la subida del dólar.
De igual manera alimentos como la panela, que representa una de las principales actividades agrícolas de la economía nacional, y que es muy consumida en los hogares bogotanos, tuvo un aumento del 4,28 %, mientras que el agua mineral subió 9,36 %.
No se ve el remedio
Muchos expertos señalan que solo hasta después de Semana Santa empezarán a aflojar los precios y por consiguiente la inflación. Aunque algunos son menos optimistas, como Camilo Herrera, presidente de la firma Raddar, que dice que Colombia no ha sido ajena a un fenómeno inflacionario que vive el mundo y que en este país “no parece tener techo”, debido a que lo que más está subiendo de precio son los alimentos que representan “cerca del 32 % del gasto de los hogares”.
Herrera, en el diario El Nuevo Siglo, afirma que los alimentos y bebidas no alcohólicas tuvieron la inflación más grande en Colombia, con un 27,81 %, según el DANE, seguidos por los restaurantes y hoteles (18,54 %), transportes (11,59 %), y prendas de vestir y calzado (11,22 %), que tuvieron un pico muy alto en diciembre del año 2022. Herrera también afirmó que, durante los primeros meses de 2023, las alzas se incrementarán en los servicios, arriendos, salud y educación.
Un tercer aspecto tiene que ver con el aumento de los salarios, explicó Herrera: “En la medida en que van a aumentar, particularmente el salario mínimo, que aumenta un 16 % ante una inflación del 13,12 % del año pasado, va a permitir a los hogares tener una mayor capacidad de compra”, pero esto también genera un aumento de costos en las empresas, que va a hacer que los precios suban.
Medidas del Gobierno
De otro lado, algunas de las medidas del Gobierno parece que no han dado resultados para bajar la inflación. Entre las decisiones están la reducción temporal de aranceles, apoyo a pequeños productores para la compra de insumos agrícolas e instrumentos financieros para respaldar a este sector.
En cuanto a los precios de la energía, el Gobierno buscó un acuerdo con las empresas del sector para adoptar regulaciones para estabilizar las tarifas de la energía a partir de noviembre de 2022. Eso sí, muchos bogotanos dicen que, por el contrario, el recibo de la luz, como el del gas, han incrementado su valor.
Según el Ministerio de Hacienda, se hizo una identificación de actividades, bienes y servicios que podrían ser desindexados del salario mínimo en los sectores de agricultura, educación, servicios públicos, transporte, vivienda, etc. Y se han hecho aumentos graduales en los precios de la gasolina y el ACPM en busca de que los precios finales de la comida bajen.
¿Qué hacer?
Por ahora dependemos de la oferta y la demanda. Al no haber un total control sobre los precios en los establecimientos, estos varían de tienda en tienda. Los invitamos a ver nuestro menú del comercio de la Zona y conocer las diferentes alternativas a las que podemos acceder. No queda otra que estar pendiente de los precios y de saber dónde están las mejores ofertas. Usemos el wapsap que nos brindan los establecimientos y preguntemos por lo precios sin temor. Comparen antes de comprar, pues hay que cuidar el bolsillo.